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Cerro Silvestre: Una Cortina de Humo

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El éxodo de personas buscando una mejor calidad de vida dentro del Corregimiento se ha

convertido en un mal sin remedio, agotando los servicios, limitando la movilidad y poniendo

en riesgo la seguridad de las familias. Con un poblado de más de 31,000 lugareños, el

corregimiento de Cerro Silvestre enfrenta una encrucijada sin definir. Su cercanía a la

"devoradora" Ciudad de Panamá ha provocado un colapso urbano que genera malestar entre

sus residentes.


Las ilusiones de los residentes se han esfumado, marcando un panorama de

serias deficiencias en los servicios esenciales, como falta de aceras, el deterioro de las calles

y la escasez de espacios públicos seguros.


Para abordar estas deficiencias de manera efectiva, es indispensable que pensemos en un

ingrediente clave: la participación ciudadana. Pero para llegar a que ese motor se ponga en

mancha y se dé una transformación sostenible es necesario entrar en razón y aceptar que

necesitamos "mesas de trabajo multisectoriales" y "talleres de sensibilización", los moradores

no han percibido todavía el peligro que los rodea en las vías estrechas de Cerro Silvestre.


¿Quizás la Alcaldía de Arraiján y la Junta Comunal, el MOP y el MIVIOT prestan la debida atención, o simplemente asisten a reuniones para simular progreso que no se ven? El pasado nos ha golpeado tanto que la "participación" es una cortina de humo para encubrir corrupción y mala gestión en los servicios públicos.


La pregunta no es si el corregimiento puede cambiar, sino el cuándo, y si colapso que debemos hacer.

La visión de Cerro Silvestre hacia un futuro prometedor, depende únicamente de una

"participación ciudadanos activa", no se puede estar dependiendo de las decisiones

gubernamentales. Pero la gran pregunta es, ¿Qué tal si la participación ciudadana resulta ser

un maquillaje? ¿Qué tal si la crisis del corregimiento es irreparable? ¿Estamos ante un caso

de negligencia o de una crisis que ha sido deliberadamente ignorada hasta llegar a un punto

de no retorno? El tiempo se acaba, y la paciencia de los residentes también.


La pregunta no es si el corregimiento puede cambiar, sino el cuándo, y si colapso que debemos hacer.


El deficiente sistema de espacios públicos dentro de Cerro Silvestre acentúa aún más su

condición de ciudad dormitorio, dada la carencia de espacios para eventos y socialización

necesarios para generar sentido de arraigo y pertenencia dentro de la sociedad civil. La falta

de aceras ha convertido el simple acto de caminar en un peligroso recorrido, transformando

cada paso en una súplica por seguridad. Los residentes, obligados a vivir en un entorno

marcado por los constantes tranques, se ven forzados a convertirse en extraños entre sí porque ya ni se ven. La calidad de vida en el tejido social no solo se hace pedazos, se raja por

completo. ¿Puede una comunidad que sufre de tranques constantes y la falta de espacios

públicos soñar con un futuro prometedor?


Esta herida latente, que se mantiene abierta, está quebrantando constantemente el espíritu de la comunidad, dejando a sus habitantes expuestos y sin rumbo fijo en un lugar que puedan llamar realmente hogar.

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