La adversidad permite que surja la grandeza. Cuanto mayores son los desafíos y las dificultades que debemos enfrentar, más grande es la oportunidad que tenemos de crecer y de desarrollarnos como personas. Una vida sin adversidad, llevadera y confortable, no produce nada y nos deja sin nada. Ese es uno de los hechos indiscutibles de la vida.
Daisaku Ikeda, presidente de la SGI
La humanidad necesita despertar,
Levantarse con fuerza ante la adversidad,
Mirando al cielo me pongo a pensar,
¿De qué manera podemos cambiar?
Y transformar al mundo en un bonito lugar
Donde el amor de los niños,
Veamos al pasear,
Y el cariño de un anciano,
Nos invite a conversar...
Caminando por la calle,
Vi a un papá que conversaba,
Le narraba a sus niños,
Una historia que inspiraba...
El papá muy alegre les contaba;
En medio de la adversidad,
Una flor encontró su aliento,
Y con coraje y valentía,
Un maestro la cuidó...
Por días y semanas,
Aquella flor abonó,
Fortaleció su tallo,
para que no cayerá,
Y la flor se hizo aún más bonita...
El maestro le enseñó a sus discípulos,
La importancia de esta flor,
Y les mostro en ella su visión,
De transformar la humanidad...
De superar la adversidad...
Fue hace días y unos años,
Que Una organización surgió,
Inspirada por aquel maestro,
Que conversa de una flor...
La Soka Gakai despertó,
Con esplendor,
Cimentada en los estudios, en la fe
y en al amor.
Aquel maestro nos enseñó,
Por días y por noches ,
que el amor es lo mejor...
Y que la práctica fortalece
Los cimientos que quieres construir.
Esta es la historia que contaba,
Aquel padre a sus hijos,
Y mientras seguía caminado,
Entendí...
Que transformar el mundo
es algo de dos,
Es algo de muchos,
Es algo de todos....
Y que solo podremos,
A través de la fé,
De la práctica,
Y del estudio...
Hacerlo realidad..
Depende de nosotros,
el mundo está en nuestras manos...
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