Un pequeño niño abraza a su madre, mientras ella le cuenta una historia.
El niño pequeño se duerme en los brazos de aquella persona tan especial, pues su mamá o mamita como él la llama, siempre ha estado ahí para cuidarlo y protegerlo.
Y mientras aquel niño pequeño dormía ella le hablaba. Recuerda, hijo mío. Eres mi tesoro y yo como una leona siempre te protegeré, siempre. Cariño, un día crecerás y harás grandes cosas, nunca te olvides, que dentro de ti está la fuerza para hacer de este mundo un lugar mejor.
Siempre habrá algo más grande que nosotros protegiéndonos, cuidándonos y cuando estés triste recuerda que te amo.
Cámbiate la ropa interior, todos los días, cepíllate los dientes, sécate antes de salir del baño, por favor hijo mío.
Y recuerda hijito, nunca olvides ser tu mismo. Recuérdalo cariño.
La madre le decía todo esto al oído mientras aquel niño pequeño dormía acurrucado en su camita, Y una pequeña sonrisa se dibujaba en su rostro.
Eres mi corazón de melón.
Ya no está ese niño, te has convertido en un hombre que comparte sus saberes y pensamientos con otros. Me da tanta alegría poder leer tus, poemas, historia y proyectos. Sigue dejando huellas y siempre se tú mismo sin olvidar tu norte y raíces.
XL