El poder que reside dentro de ti: estrategia, creencias y abundancia para emprender desde el corazón
- Arq. Gabriel Solano Lázaro

- 15 nov
- 6 Min. de lectura

Dentro de cada uno de nosotros hay una fuerza inmensa, una energía silenciosa que espera ser despertada y dirigida. No está afuera, no está en el país al que sueñas mudarte, ni en el trabajo “perfecto” que aún no llega. Está dentro de ti.
Como emprendedor o emprendedora, esa fuerza es tu mayor activo. Pero si no sabes quién eres, por qué haces lo que haces y desde qué creencias estás construyendo tu vida, es muy fácil perderte en el camino, cansarte… y rendirte.
Este blog nace de una idea central: el poder de tu vida está en ti. Y cuando alineas tu estrategia, tus creencias y tu relación con el dinero desde adentro hacia afuera, puedes construir una vida y un negocio con propósito, abundancia y libertad.
1. Somos diamantes en bruto: todo empieza dentro de ti
Gabriel lo dice así:
“Dentro de cada uno de nosotros reside una fuerza tan poderosa, tan grande… Somos como diamantes en bruto listos para ser pulidos.”
Esa imagen lo resume todo. No estás “incompleto”. No estás “defectuoso”. Estás en proceso de pulido. La chispa ya está ahí.
Muchos proyectos nacen exactamente así:
Desde una idea en la mente,
Desde una necesidad de crear algo diferente,
Desde esa intuición que te dice: “puedo más, quiero más, puedo llevar mi vida a otro nivel”.
Gabriel cuenta cómo su proyecto Grupo Ideas empezó en su cuarto de infancia: un escritorio, una silla, una computadora y unos logos pegados en la pared. La “oficina” era cualquier lugar donde pudiera abrir la laptop.
Mientras trabajaba en un empleo de 8 a 5, su rutina era:
Madrugar para avanzar el emprendimiento.
Trabajar en el proyecto a mediodía.
Seguir construyendo en la noche.
Y en medio de esa soledad del emprendedor —cuando la familia no siempre entiende, los amigos no siempre comprenden y la pareja muchas veces duda— aparece una verdad incómoda pero necesaria:
La persona más importante dentro de tu emprendimiento eres tú. No son tus productos. No son tus servicios. Eres tú.
Por eso, el primer paso no es el logo, ni el plan de negocios, ni la página web.
El primer paso es conocerte a ti mismo:
¿Qué te apasiona de verdad?
¿Qué te energiza?
¿Qué tipo de vida quieres construir alrededor de tu negocio?
2. Tu “porqué” es el motor: sin una razón fuerte, abandonarás
Gabriel lo confiesa abiertamente:
“Cada día yo me pregunto: ¿por qué estoy haciendo esto. Mi propósito y mi visión personal es elevar a la humanidad a horizontes de grandeza infinita. Y por eso lo hago.”
Esa frase no es un adorno. Es un ancla. Porque llegará el día (o varios días) en que te vas a preguntar:
“¿Vale la pena seguir? ¿Por qué sigo haciendo esto?”
Y si tu razón no es lo suficientemente fuerte, vas a dejarlo.
Viktor Frankl, sobreviviente de los campos de concentración y autor de El hombre en búsqueda de sentido, lo expresó así:
“Quien tiene un porqué para vivir, puede soportar casi cualquier cómo.”
Para ti, como emprendedor o emprendedora, esto significa que necesitas responder con honestidad:
¿Por qué estoy haciendo lo que estoy haciendo?
¿Lo hago solo por dinero?
¿Lo hago porque siento un potencial dentro de mí que quiero despertar?
¿Lo hago porque es mi sueño?
¿Lo hago por necesidad, por supervivencia… o por vocación?
No se trata de juzgar tu respuesta. Se trata de conectarte con ella diariamente.
Porque si no crees en tu capacidad para hacer realidad tus ambiciones…
…si no te consideras merecedor(a) de la abundancia…
…si no te das permiso de soñar en grande…
👉 Nunca podrás alcanzar lo que no crees posible para ti.
3. Creencias limitantes: el software invisible que gobierna tu vida
Gabriel llama a las creencias limitantes “el software que opera nuestro subconsciente”.
Son esos pensamientos repetitivos, tan profundos y tan automáticos, que ni siquiera te das cuenta de que están ahí:
La ruta que siempre tomas.
La forma en que reaccionas.
La manera en que te hablas frente al espejo.
Y, sobre todo, lo que crees sobre ti mismo:
“No puedo.”
“No soy suficiente.”
“Eso no es para mí.”
“Otros sí, pero yo no.”
Mientras tanto, sigues soñando con una vida distinta: trabajar desde donde quieras, viajar, tener un negocio estable, un equipo, libertad de tiempo…
Gabriel comparte cómo, al inicio, su “oficina” era cualquier lugar donde pudiera abrir la laptop, cómo tenía dudas, cómo sentía que no podía. Pero en algún punto decidió cambiar el diálogo interno:
De “no puedo” pasó a:
“Voy a hacerlo realidad.”
“Puedo hacerlo.”
“No importa si tengo que madrugar, vender más, aprender más. Lo voy a hacer.”
Y las cosas empezaron a cambiar: oficinas más grandes, equipo, proyectos, viajes, clientes, escenarios. Lo que antes era un sueño —trabajar desde la playa, hablar frente a audiencias, crear impacto— empezó a materializarse.
No porque cambiara el mundo externo primero, sino porque cambió la creencia interna.
Preguntas para retar tus creencias
Te invito a hacer una pausa y preguntarte:
¿Qué pienso de mí cuando estoy solo frente a mi computadora o mi producto?
¿Qué historia me cuento cuando algo no se vende?
¿“No sirvo para esto”?
¿O “qué tengo que aprender y quién tengo que ser para venderlo mejor”?
La diferencia entre esas dos preguntas es abismal.
Una te encierra.
La otra te abre caminos.
4. Dinero y abundancia: ¿desde la carencia o desde la posibilidad?
Otro eje clave de este mensaje es tu relación con el dinero.
Desde pequeños, muchos crecimos escuchando frases como:
“El dinero no crece en los árboles.”
“No puedo pagarlo, es demasiado caro.”
“Nosotros no nos podemos dar esos lujos.”
Sin darnos cuenta, esas frases se quedan grabadas como órdenes internas. Y luego, como adultos y emprendedores, repetimos el mismo guion:
“No puedo invertir en mí.”
“Es mucho para mí.”
“Eso es para gente con más plata.”
Gabriel propone algo distinto:
En vez de decir “no puedo”, pregúntate:
“¿Cómo puedo?”
“¿Qué tendría que aprender, mejorar o ajustar para darme ese lujo, tomar ese curso o hacer esa inversión?”
El dinero no es el enemigo. El dinero es una herramienta.
No define tu valor.
No determina tu potencial.
Solo amplifica quién ya eres por dentro.
Por eso, es clave que aprendas a administrarlo:
Llevar un presupuesto.
Invertir con intención.
Separar las finanzas personales de las del negocio.
El dinero de tu negocio no es para pagar la lotería, ni “tapar huecos” personales. Es para hacer crecer tu negocio.
Cuando administras bien tus recursos, tu curva financiera empieza a inclinarse hacia arriba. Cuando los mezclas sin estrategia, todo se convierte en caos.
5. Invierte en ti: tu cuerpo y tu mente son tu activo más grande
Emprender no es solo vender. Es sostenerte en el camino. Y para eso necesitas un cuerpo y una mente que te acompañen.
Gabriel insiste en algo fundamental:
“Tu cuerpo y tu mente son tu recurso más grande.”
Eso implica:
Leer, formarte, educarte.
Escuchar podcasts, asistir a conferencias, exponerte a ideas nuevas.
Trabajar tu imagen personal y tu forma de comunicar.
Cuidar lo que comes, cuánto duermes, cuánto te mueves.
No se trata de perfección, se trata de coherencia.
Si quieres construir abundancia, no puedes tratarte como si fueras lo último en tu lista de prioridades.
Ejercicio de visualización: tu vida en 5–10 años
Te propongo algo que Gabriel comparte al final de su mensaje:
Cierra los ojos por unos segundos y pregúntate:
¿Cómo es mi vida dentro de 5, 7 o 10 años?
¿Dónde vivo?
¿Cómo es mi salud?
¿Cómo se ve mi negocio?
¿Qué tipo de personas me rodean?
¿En qué tipo de proyectos estoy involucrado?
Imagina que:
Tu negocio está fluyendo.
Tu cuerpo se siente fuerte y ligero.
Tienes el tiempo y el dinero para compartir con quienes amas.
Estás creando impacto real en tu comunidad.
Y ahora, abre los ojos y hazte una sola pregunta:
¿Qué pequeño paso puedo dar hoy que esté alineado con esa visión?
No mañana.
No cuando “las cosas mejoren”.
Hoy.
6. El poder está en ti: ¿en qué te quieres enfocar?
Gabriel cierra su mensaje con una verdad simple y contundente:
“El poder de tu vida está en ti. Somos una fuente de abundancia infinita.”
No se trata de negar los retos, ni romantizar el esfuerzo.
Se trata de recordar que:
Puedes cambiar tu estrategia si no está funcionando.
Puedes cuestionar las creencias que te han limitado por años.
Puedes construir una relación más sana y abundante con el dinero.
Puedes invertir en ti y en tu crecimiento.
Sobre todo, puedes elegir en qué te enfocas:
¿En lo que te falta?
¿O en lo que ya tienes dentro para empezar a crear?
Para llevarte este mensaje contigo
Te dejo tres preguntas para reflexionar (o journalear):
¿Cuál es mi “porqué” hoy?
Escríbelo con honestidad. Sin filtros.
¿Qué creencia limitante identifico sobre mí mismo o sobre el dinero que quiero empezar a transformar?
¿Qué acción concreta puedo tomar esta semana para invertir en mí (tiempo, energía, aprendizaje, salud)?
Porque sí:
Tú eres increíble.
Tú puedes lograr grandes cosas.
Y el poder que necesitas para construir esa vida que sueñas…
ya está dentro de ti. 💫
¡Hola!
Mi nombre es Gabriel Solano Lázaro, editor de este blog de emprendimiento y crecimiento personal.
Recuerda: “Todo Empieza Desde Adentro”. Dentro de ti tienes el poder de transformar tu vida.
Si quieres ser escritor de nuestro blog o tienes alguna consulta, escríbeme a: hola@gabrielsolanola.com
Sígueme en Twitter: @gabrielsolanola, donde comparto ideas de crecimiento y motivación.
Escucha el pódcast Café & Diseño aquí: https://open.spotify.com/show/4WMgsFpHmVobU6FDdioat0?si=OA8fPVEMSgy2qe9kOiejRA
Te deseo un día de éxito.





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